Un verano soleado se detuvo ese domingo en nuestro jardin de Villa Adelina. Las chicharras se llamaban y respondian a coro en la distancia. Los árboles se susurraban, más discretos. sus hojas verde vivo se mecian suavemente. Los rayos de la sol caian como una sensación de satisfacción que llenaba el jardín.
Una gata negra y gris rayada, bastante joven en aquellos años, se corria un poquito y se alejaba del bebé, justo cuando le iba a agarrar la cola.
Una lagartija negra trepaba por la caña. de la misma salia un humo dulce. Un hombre en cuero la llevaba, y recorria el camino que llevaba al fondo, debajo de la parra. mientras llenaba con el humo dulce el suave jardin, recogia los racimos de uvas que colgaban sobre su cabezota. Unos perros ladraban a lo lejos. Unos chicos quemaban hormigas con la lupa cerca de la parra.
Justo cuando creia que le iba agarrar la cola, Tania se escapo un poquito más lejos.
lunes, julio 31, 2006
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1 comentario:
che me gusta muchisiomo éste
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