domingo, diciembre 06, 2009

Tengo Sueño mucho sueño, aunque ya dormí. Lo primero que siento al matar cada día naciendolo, es el sueño. La pucha... Y me estiro y me lavo la cara, pero no se me va. Tengo que trabajar y estudiar y jugar. Sobre todo Jugar, y tengo tan poco tiempo para eso. Desearía olvidarlo todo y poder jugar, como quien hace el ridículo sin importarle y dejar que mi yo con cuil y cuit colapsen, mientras el ANSES se pregunta sobre que clase de combustión espontánea archivar mis cenizas antes de pasar la deuda a la viuda.
Hay tan poco tiempo, y yo ya estoy cansado. El despertar, el levantarse, es casi un despropósito imposible. Ya el comienzo es arrancarse raices de la espalda, desatarme cuerdas de la cara, solo por unos instantes de luz de sol y señortias para volver a caer en la nada de un colchón (por suerte) que te abraza y te devora, y vos querés devorarte porque es hermoso. O dejarte devorar, en el texto de un Lautaro paralelo. Porque cada opción negada y (muy bien dichamente) morida en este universo es realidad en otro, y así como existen posibilidades existen universos (¿Y por qué no? si total es gratis). Lo cual nos eleva a un mosaico infinito de ridículos, aquel lugar donde las vacas vuelan con Newton de la mano y la fuerza inconmensurable que nos atrae y nos comprime hasta licuarnos en la unidad inevitable expresada en otra de sus formas.
¿de qué estoy hablando?
Hay tan poco tiempo, para estar tan cansado.

2 comentarios:

jazmín dijo...

tirá el cuil por el retrete, jugá, devorá y volá con newton de la mano.
y si querés, invitá

jazmín dijo...

y el mosaico infinito de ridículos