viernes, agosto 14, 2020

NO PUEDO ESCRIBIR

 No puedo escribir.

Una de mis terapeutas me dijo que igual no me preocupe, que para escribir hace falta tener libido. Entre la abstinencia, manejar la angustia y con todos los traumas que estamos removiendo no me queda nada de energía. Que me tenga paciencia a mí mismo. Pero me invitaron a este evento y algo tenía que traer. Aunque sea un metatexto de mierda, sobre que no estoy pudiendo escribir.

No puedo escribir.

Hace un mes estuve a punto de suicidarme. Subí hasta la terraza de la oficina y me quedé mirando por el borde apoyado contra la baranda. No me tiré. Así que volví a mi escritorio y lloré en silencio, pensando en lo que hubiera pasado si me animaba a saltar.

No puedo escribir.

Pero de eso se trata, desarrollar el oficio, la muñeca de escritor. Aunque estés arrastrandote por las arenas movedizas, sabiendo que cada paso te hunde pero quedarte quieto tampoco sirve. Apenas avanzando bajo una tormenta de caca que ni te deja levantar la cabeza. El verdadero escritor no necesita papel, lápiz, ni manos. Tenés que sobreponerte al pantano de la tristeza, aunque tu caballo la quede en el camino. Siempre, todos los días, que la inspiración te encuentre trabajando y toda esa mierda.

No puedo escribir.

El piso viene hacia mí, veo mi reflejo en las ventanas vidriadas acompañándome a toda velocidad. Las hojas del cuaderno vuelan arrancadas mientras apenas garabateo algo que parece una palabra en cada una de ellas.

No puedo escribir.

El llanto me nubla la vista y los huecos del sillón no me dejan encontrar una posición cómoda. El gato de la dueña de casa no se cansa de atacar mis pies para recordarme que no soy más que un intruso. Un desterrado que no merece ni la piedad de las mascotas.

No puedo escribir.

Le agarro las manos a mi abuela “calmate, no hace falta que hables”. Mira para todos lados desorientada y me cuenta de nuevo. “Estaba en la cocina, me resbalé y sentí como la pierna me hacía CRACK”. Dibuja la onomatopeya con una claridad que duele, es casi un arañazo en el pizarrón. Me vuelve a preguntar “¿dónde estoy hijo?” y le explico una vez más que se resbaló... que la pierna... “me hizo CRACK” responde. “Por eso te trajeron al hospital”. Al mismo donde se murió el abuelo, pero eso no se lo digo. Ni tampoco la corrijo cuando me llama por el nombre de mi viejo o de mi tío. “Estoy confundida, no me acuerdo bien cómo llegué acá ¿No será el alemán?” “No, no tenés Alzehimer, no te acordás bien porque estás dopada... por este tubito te entra para que no te duela la pierna”. “CRACK”, responde.

No puedo escribir.

La vereda choca mi frente y una lluvia roja se dispara en todas direcciones. Mancha las camisas blancas de todos los oficinistas, ensucia las fachadas de las empresas y ahoga a cada jefe del microcentro.

No puedo escribir.

No quiero escribir mirá si lo que escribo es una mierda y la gente me juzga. O aún peor, mirá si está bueno y tengo que hacerme cargo. Mejor morir de sobredosis o tirarme por la ventana luego de apostar mi vida al resultado de un partido del fifa en la play uno. 

No puedo escribir.

Yo no escribo, es el lenguaje que se reproduce, me usa de canal para seguir existiendo. Las voces que le dieron a Juana de Arco su misión. Los aliens implantando imágenes durante las abducciones. Solo un canal más del zapping de la existencia. Permutador de letras jugando al scrabble. Armar un orden levemente distinto, para ponerle la firma. Como si las palabras fueran nuestras y hubiéramos roto por primera vez el silencio del universo.

No puedo escribir.

Al siguiente lunes solo queda una mancha y un tema más para el radio pasillo. Entre roja y marrón, apagada pero inconfundible. De esas que algunos pies esquivan y otros ignoran. Ni con las horas extra de hidrolavadora pudieron sacarla. El tema de charla dura algunas semanas, pero no es mucho más que eso. Algo para comentar en el ascensor y poner cara de situación.

No puedo escribir 

Por eso robo: ¿Saben las abejas que hacen la miel para nosotros? ¿o trabajan incansablemente porque creen que se la van a quedar ellas?

No puedo escribir.


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