lunes, agosto 17, 2020

20200514 aVenturas en el interior

En un pueblo del interior, al lado de la ruta hay una feria. Las hileras de puestos tienen productos y comerciantes. Pero están todos angustiados, ya nadie las recorre para comprar. A los costados de la feria el pasto crece alto y abandonado. Las casas derrumbadas a ladrillo desnudo y una planta nuclear en desuso completan la escena. Ventura va en chomba con un micrófono hasta uno de los puestos, lo sigue un camarógrafo. Los puesteros le cuentan que hubo un evento, una carrera o una filmación, después un festival. Muchos viajaron, sacaron préstamos para poner sus negocios en la feria. Pero que luego no vino más nadie para este lado. Así quedaron: puesteando en un pueblo fantasma. 


Nadie puede probar que ahí hubo un asesinato, entonces nadie va a hacer justicia, ni tampoco filmar el documental. El chimentero va hasta una de las casas derrumbadas y dice "¿Pero esos dos agujeros de bala qué?". Todos se llenan de emoción y algarabía. Al instante el pueblo se llena del equipo de filmación y turistas para la realización de un documental sobre el crimen. 


Estoy en la casa del siniestro participando de la fiesta de fin de rodaje. Cuando quiero hablar de plata con Ventura o los productores, me ofrecen un brindis y comida, todos ríen y se alejan. A la puerta del costado viene un señor viejo, medio petiso, con lentes culo de botella que tapa su pelada con una raya al costado toda engominada. Viene a pedir el dinero de la mafia. Le explico que no me dieron nada, cero, que cuando les pido que nos paguen me ofrecen comida. Logro que no se la agarre conmigo y empezamos a elaborar un plan. En realidad no pensaban filmar un documental, van a hacer una película de terror con Ventura de protagonista que empieza a filmar ahora mismo. 


Vemos un tráiler en la tele de él yendo por la ruta en el auto con su familia con un bote atado al portaequipaje. Se detienen a descansar en esta misma casa, pero algo tenebroso los espera.


Nos infiltramos en la filmación, hay nueve extras disfrazados de monos. Nosotros también tenemos de esos trajes, la asistente de dirección dice que no necesitan doce monos, con nueve es la escena. Empezamos a actuar como verdaderos animales salvajes, cuyo territorio está siendo amenazado. Arrojamos mierda y piedras a los equipos. Vamos a hacer imposible filmar y romper lo que sea necesario, hasta que se den cuenta que no se jode con nosotros, que van a perder mucha plata si no nos pagan.


Voy en bici repartiendo pedidos. Paso por debajo de la autopista, donde está el local en el que hacemos las reuniones de varones. Paso por un descampado con calles de tierra alrededor, dónde se levantan paredes repentinas que encierran una canchita de cemento pintada de azul.


De repente llueve, pero para. Esquivo autos a toda velocidad. Canto una canción latina clásica de una especie de banda como el charro o los chaqueños palavecinos. Canto a los gritos y en el manubrio de mi bici se proyecta la tapa del disco. En un avenida al lado de la autopista, doblo para el lado de la Boca y después para la izquierda para el lado de Constitución. Paso por la esquina de la juguetería Vempir esquivando peatones y vuelvo a doblar a la derecha para llegar al primer cliente al lado de la plaza Colombia. Me dicen que el pedido lo necesitan dentro de dos horas, no ahora. Me lo pasaron mal en el local y si voy hasta el próximo no voy a llegar a volver a tiempo a este. Aparte se va a enfriar.


Nos tiramos con Lu tirados en el pasto al lado de las vías abandonadas de un tren. El sol pega fuerte, estamos en malla. En la tierra hay enterrados cartuchos de juegos de nintendo por todos lados, como si alguien los hubiera querido enchufar en el barro y el luego el sol los hubiera dejado secos ahí sobresaliendo a medias del suelo. Apenas se ven porque llaman más la atención, por su mayor cantidad, los hongos cucumelos que crecen de todos lados. Hay un inevitable olor a bosta de cebú. Del lado opuesto de la vía se ve el clásico fondo de pantalla de windows, la lomita esa doble con pasto que se recorta contra el cielo celeste de fondo. Lu habla contenta, está feliz de estar al sol, disfrutando las vacaciones conmigo. Yo la freno y le digo que no sé si este es el mejor lugar para mí. Que es muy hermoso pero que los hongos son muy tentadores y me están dando ganas de drogarme. Ella no sabía que esos eran cucumelos, se ríe y me da la razón. Nos estamos por ir cuando se empieza a escuchar música a lo lejos. Apoyo mi oreja en la vía del tren, por un instante temo que no esté tan abandonada. A lo lejos más allá de los hongos, los cartuchos de nintendo, los pastizales altos y las dos lomitas: allá donde el horizonte une las líneas de metal veo venir a Paquito y Catriel cantando la de bolsa de kilo de cucumelos. Nos quedamos a esperar que lleguen acá, tal vez hasta podamos levantarnos a los pendejos.


Atravesamos el patio de juegos de una escuela abandonada. De vuelta todo derrumbado, ladrillo pelado, ventanas con agujeros. En el patio hay juegos oxidados, calesitas fuera de eje, hamacas colgando de una sola cadena y rejas todas dobladas ya sin delimitar nada. Está el detective amigo de Jim Gordon en la serie Gotham, una persona más que creo que soy yo y no sé bien si soy la esposa del primero y una colorada alta de rulos muy hermosa. Estamos discutiendo sobre encontrar un lugar para descansar. La colorada nos dice Bitch no sé qué. Como que ella tiene las llaves de la escuela abandonada y necesitamos su ayuda. Así que vamos los tres a buscar refugio.


Las luces blancas de la oficina bañan todo, en breve tenemos que ir cerrando para poder ir al recital. Ellos siguen sin querer pagarme y cada vez que les pregunto se sonríen cómplices entre sí. Cuando termina la jornada todos cerramos las laptops y salimos al mismo tiempo. Nos dicen que llevemos está carpa de circo, no entiendo para qué. Empezamos a nadar por un río y nos metemos nadando en una cueva a toda velocidad, el río pierde profundidad y sin darnos cuenta estamos deslizándonos por una superficie de plástico enjabonada, la cueva desemboca en una carpa de circo gigante con música y piso acolchado que rebota. Todos estamos ahí, la gente del pueblo, los mafiosos, los detectives, Catriel, Paco amoroso, el delivery, la gente del local, los pibes de la reunión, Ventura, el equipo de filmación, la gente disfrazada de monos, Lu, Manu y yo. Ya no queremos plata, ya no nos importa nada, ahora entendemos todo, esto es la mejor experiencia que jamás vivimos y valió la pena.


viernes, agosto 14, 2020

unoauno



 

 Soy detective. Junto a mi compañero Jim Gordon vamos a una oficina del microcentro, buscando a Hannibal Lecter. El recepcionista del edificio es un compañero mío, re random, del secundario. De esas personas que no sabías que recordabas hasta que las ves en fotos o en sueños. Le digo: "Tengo que hablar con dos personas acá: En los laburos siempre hay un tipo del que todos piensan “ese es un psicópata” y hacen chistes en la máquina de café sobre como algún día los va a matar a todos. Primero hablemos con ese, para disimular. Pero debe haber otro del que ni en pedo sospechan, uno que creen noble y tranquilo… incapaz de herir a una mosca: ESE es nuestro asesino”.

Alguien pasa corriendo por al lado nuestro y sabemos que es él. Intentamos seguirlo pero no podemos alcanzarlo. De repente el microcentro porteño está lleno de callejones caricaturescos por donde escapar. Siempre hay un recoveco para doblar y dejarnos de garpe, unos tachos de basura para tirarnos en el camino y hacernos tropezar. El criminal atraviesa las avenidas inmune al tránsito. Mientras que los autos se materializan como avalancha de metal incontenible en cuanto nosotros ponemos la punta del pie en el asfalto. Dando vuelta a una esquina me llevo puesto a un pibito y se me escapa un tiro. Llora, cuando voy a atenderlo noto que no está sangrando por ningún lado. Llora, agudo, llora, perfora, llora, me molesta, llora, quiero tocarlo, llora, no lo encuentro, llora, necesito apagarlo, llora, alarma, llora, apagar, llora.

El cuarto se derrite a mí alrededor, contra la pared veo un reflejo anaranjado. Debe ser el celu, aunque no hace luces cuando me llaman. Lo más probable es que sea fuego, no me preocupa demasiado. Intento darle la espalda a las llamas. Sigo inmóvil, las sábanas me agarran a la cama. Me duelen lágrimas que nunca llegan a mojar mis ojos. Los gritos me desgarran la garganta pero no salen, algo me aplasta el pecho. Hago fuerza y empiezo a dar manotazos en la oscuridad, no puedo hablar. Mis compañeros de casa están en el cuarto de al lado, si pudiera gritar…

Las sábanas vuelven sobre mí cada vez que las empujo, tratan de llegar a mi cuello y asfixiarme.

¿Será que tengo algún problema para respirar allá afuera? del otro lado...

Logro sentirme, muevo un dedo y…

Mi cuarto. Las paredes llenas de posters, estáticos. La ventana, quieta. Puedo ver el celular arriba de la mesa de luz. Desde la otra punta el sonido de música y risas se filtra por el marco de la puerta. Tengo miedo de volver…

Esta vez no me engaña ni un poco, de entrada es claro que las sábanas intentan matarme. El cuarto se licua y amenaza con inundarme. Esta vez sé que es inútil mover este cuerpo, que debo concentrarme mucho para llegar al otro. 

Otra vez mi cuarto, el reloj indica que apenas pasaron unos minutos. En el cuarto de al lado siguen divirtiéndose sin enterarse de nada. Les mando un mensaje de whatsapp, espero que vengan a rescatarme.

Abro los ojos, ya no hay ruidos. Reviso el celular, nunca mandé ningún nada. Me acuerdo de mi vieja diciendo “tomá agua y se te pasa”. Hasta el tono de desdén, de no-rompas-más, resuena en la imagen auditiva.

Recordando la cura vuelve un caballo bípedo cuyos ojos se hunden en las cuencas y le salen por la boca, eso creo que era a los tres años en un departamento de calle Yerbal. Como los siameses que querían cortarme al medio con una espátula, completar las mitades que les faltaban, armarse cuerpos nuevos para poder separarse. En especial, recuerdo el horror de saber todo su plan sin que lo digan. También vuelve el duende blanco de porcelana. Ese que me esperaba en el baño de la casa de Barracas, a los siete u ocho años.

No son buenos augurios, pero bebo unos tragos de agua y me acuesto…

Algo o alguien me persigue por un parque de diversiones abandonado. De esos yanquis que acá no existen (salvo clavados en nuestros imaginarios, por supuesto). Corro con una hijita o una hermana pequeña en brazos, su llanto hace muy difícil el escape e imposible esconderse…

A veces miro el reloj, otras me doy vuelta directamente…

En la sede de la facu están Maradona, Fidel y el Che. Hay que matar a uno. Nuestra responsable política no duda y mata al Diego de un balazo al pecho. Las fuerzas de seguridad se materializan para llevarsela de la asamblea. Brillan los flashes de cámaras que jamás pisarían nuestra casa de estudios. Inmediatamente miro al resto de los pibes de la agrupación mientras las palabras brotan de mi boca: “Tenemos que hacer un posicionamiento al respecto de esto y publicar un comunicado hoy mismo, antes que las demás orgas nos primereen”.

Miro el reloj.

Una playa tropical, con cabañas de tela, la cual a su vez está adentro del patio de una casa chorizo. La primera casa donde viví solo. Por entre las telas espio que los detectives revisan las otras cabañas, se van acercando. Tal vez logre acabar y vestirme a tiempo…

Me doy vuelta.

Alarma, si no me levanto ahora no me baño.


Me ducho cantando mientras la bañera se transforma en bondi. Estoy mojado, desnudo y el cincuenta está lleno. Saco ropa de la mochila, me visto rápido antes de que nadie me vea. Llego al laburo confundido, todavía chorreando, no saludo a nadie. La compu ya está prendida y haciendo cosas cuando me siento en el escritorio. No termino de entender por qué me pagan por acariciar las teclas todo el día mientras ella hace todo el trabajo.


Última alarma, ahora ya llego tarde. Salgo.



EXCURSIÓN

Martes feriado, voy a darle una mano a mi vieja. Sin tocarla, obviamente. Me viene contando que está mal. Desde que empezó la cuarentena durmió de a tramos de una hora todos los días, por dos semanas. Las palabras se arrastran cansadas para salir de su boca, atravesar las líneas telefónicas y llegar hasta mis oídos. De a ratos se queda callada sin poder completar las frases. 


Tengo armado un permiso de esos que se bajan de la página del gobierno de la ciudad, declaración jurada, una foto de su DNI, del mío, partida de nacimiento, facturas de servicios porque ninguno tiene la dirección actualizada, todo. Pido un auto y salgo, primero a la casa del psiquiatra a buscar la receta. Todavía no se implementó la medida para recetas virtuales. También es cierto que no es lo mismo ir a pedir insulina porque te morís y no altera los estados de conciencia. Las drogas que pegan siempre son más difíciles de conseguir. Si vas desarmado a buscar clona con la foto de una receta, a altas horas de la noche, es muy probable que el farmacéutico te rechace como un fisura más de las oleadas que van a chamuyar su próxima dosis. Receta en mano seguimos.


La charla se va dando. Los comentarios que siempre suenan en mi cabeza, hoy salen y me sorprenden por completo. Lo que es la abstinencia de contacto social, carajo. Mi yo interior me mira como en tercera persona, extrañado: ¿quién es este tipo que habla con el chofer? Mis típicos ajás, mirásvos, claros y sontodosunostemas dan paso a una calidez, buena onda y verborragia sin par. Dice vivir solo, que salir a laburar lo ayuda a despejar. Solo lleva gente que tenga que moverse sí o sí, para asistir a un familiar, por fuerza mayor o laburo. Siempre con permiso de circulación. Cuando me dice que su gato es re gede, le está encima y que es un gato-perro no me reconozco contestando. Normalmente me guardaría la información, pero me encuentro diciéndole que mi perra es perra-gato. Se esconde y ni la ves, busca mimos cuando quiere, después se va y te corta el mambo. 


Le cuento la situación de mi madre. De lo raro que resulta juntar las cosas para ir más lejos que al supermercado. De lo confundida y asustada que está la perra con que ahora le lavamos las patas cada vez que vuelve de los paseos. Es raro agarrar la SUBE, insólito ni recordar dónde la tenía. Llevar el celular, no suelo llevarlo para no manosearlo.


Ambos nos sorprendemos de lo vacío que está todo. No conocíamos Buenos Aires así. Me gusta que le simpatice Fernández y que se enorgullezca de que la población acate la cuarentena. Se pone optimista, las cosas van a cambiar, la gente va a ser más solidaria. En su frase de que todos nos dimos cuenta que necesitamos a los demás, reconozco algún discurso prefabricado y repetido. Igual me gusta, ahora vamos a refundar la URSS, pero esta vez bien. Coincidimos en que esto es de ciencia ficción, sentimos cierto distanciamiento con lo real. Un no-terminar-de-caer, sentimiento de estar viendo una peli desde afuera. Pero no, estamos acá adentro. Pasamos por eso de que, si es un virus chino o yanqui, si es una guerra biológica medio rápido, por arriba. Después me tira la onda new-age que no me cabe mucho de que la naturaleza nos está dando un mensaje. Le digo que son ciclos, que cada tanto viene una enfermedad a ordenar un poco las cosas. Hace diez años fue la gripe A, que tampoco fue tan grave. Le recuerdo que una vez tuvimos el cólera y había que tomar agua con lavandina. No teníamos memes, que bajón pasar una pandemia así 


Llegamos a la farmacia, adquiero la receta e ibuprofeno para los ovarios de Lu. La misión es un éxito. Le aviso a mi madre que llego, me pregunta si tengo llaves. Le digo que no, que baje ella. Abre el vidrio de la puerta de calle, le paso su medicación por la reja, me da el tercer libro de la saga de los Confines. Le comento que no quedan más huevos en Catalinas y me dice que los venezolanos de la esquina tienen un montón. Mientras hablamos pasan dos minas con maples en mano para graficar lo real de la afirmación. Hay cuidado y gesto de cariño, aunque no se pueda el abrazo. En las charlas yo me di cuenta que ella buscaba este cariño de hijo, más todavía que las pastillas. 


Vuelvo triunfante con maple, libro e ibuprofeno. Siento orgullo de ser buen hijo. La excursión me puso un poco contento. En el barrio hay un camión dándole vueltas a los edificios, al conocido anuncio de hayhuevoseñorahayhuevo. Averiguo y están más caros. https://issuu.com/tec_comu/docs/fanzineencuarentena

 -Por esto odio a la gente, me hacen llorar

-¿Vos no sos gente?

-Yo también me hago llorar.

Trabajamos desde la compu, vemos a nuestros seres queridos por videoconferencia, llamamos a nuestros adultos mayores por teléfono. Toda la realidad, todos los vínculos que tenemos y hacemos un esfuerzo sobrehumano por sostener están mediados por pantallas. Es como si estuvieran lejos, muy lejos. Siempre del otro lado de una pantalla, en un más allá de lo intangible. Los livings no son oficinas, las habitaciones no son aulas. Sin el contagio, el saludable contagio de estar en una misma mesa amasando ideas en conjunto, no es lo mismo. Estamos acá encerrados y la vida está allá lejos. En el medio, entre la vida y nosotros está el peso irrefrenable de la pandemia. La realidad innegable e ineludible de la muerte y su peligro. La angustia se cuela en cualquier silencio.

Las pantallas no son ventanas que se abren y nos muestran el mundo. Ninguna maratón de series se compara a la saga de sueños que puedo tener en las interminables siestas que siempre encuentro una excusa para tener.

NO PUEDO ESCRIBIR

 No puedo escribir.

Una de mis terapeutas me dijo que igual no me preocupe, que para escribir hace falta tener libido. Entre la abstinencia, manejar la angustia y con todos los traumas que estamos removiendo no me queda nada de energía. Que me tenga paciencia a mí mismo. Pero me invitaron a este evento y algo tenía que traer. Aunque sea un metatexto de mierda, sobre que no estoy pudiendo escribir.

No puedo escribir.

Hace un mes estuve a punto de suicidarme. Subí hasta la terraza de la oficina y me quedé mirando por el borde apoyado contra la baranda. No me tiré. Así que volví a mi escritorio y lloré en silencio, pensando en lo que hubiera pasado si me animaba a saltar.

No puedo escribir.

Pero de eso se trata, desarrollar el oficio, la muñeca de escritor. Aunque estés arrastrandote por las arenas movedizas, sabiendo que cada paso te hunde pero quedarte quieto tampoco sirve. Apenas avanzando bajo una tormenta de caca que ni te deja levantar la cabeza. El verdadero escritor no necesita papel, lápiz, ni manos. Tenés que sobreponerte al pantano de la tristeza, aunque tu caballo la quede en el camino. Siempre, todos los días, que la inspiración te encuentre trabajando y toda esa mierda.

No puedo escribir.

El piso viene hacia mí, veo mi reflejo en las ventanas vidriadas acompañándome a toda velocidad. Las hojas del cuaderno vuelan arrancadas mientras apenas garabateo algo que parece una palabra en cada una de ellas.

No puedo escribir.

El llanto me nubla la vista y los huecos del sillón no me dejan encontrar una posición cómoda. El gato de la dueña de casa no se cansa de atacar mis pies para recordarme que no soy más que un intruso. Un desterrado que no merece ni la piedad de las mascotas.

No puedo escribir.

Le agarro las manos a mi abuela “calmate, no hace falta que hables”. Mira para todos lados desorientada y me cuenta de nuevo. “Estaba en la cocina, me resbalé y sentí como la pierna me hacía CRACK”. Dibuja la onomatopeya con una claridad que duele, es casi un arañazo en el pizarrón. Me vuelve a preguntar “¿dónde estoy hijo?” y le explico una vez más que se resbaló... que la pierna... “me hizo CRACK” responde. “Por eso te trajeron al hospital”. Al mismo donde se murió el abuelo, pero eso no se lo digo. Ni tampoco la corrijo cuando me llama por el nombre de mi viejo o de mi tío. “Estoy confundida, no me acuerdo bien cómo llegué acá ¿No será el alemán?” “No, no tenés Alzehimer, no te acordás bien porque estás dopada... por este tubito te entra para que no te duela la pierna”. “CRACK”, responde.

No puedo escribir.

La vereda choca mi frente y una lluvia roja se dispara en todas direcciones. Mancha las camisas blancas de todos los oficinistas, ensucia las fachadas de las empresas y ahoga a cada jefe del microcentro.

No puedo escribir.

No quiero escribir mirá si lo que escribo es una mierda y la gente me juzga. O aún peor, mirá si está bueno y tengo que hacerme cargo. Mejor morir de sobredosis o tirarme por la ventana luego de apostar mi vida al resultado de un partido del fifa en la play uno. 

No puedo escribir.

Yo no escribo, es el lenguaje que se reproduce, me usa de canal para seguir existiendo. Las voces que le dieron a Juana de Arco su misión. Los aliens implantando imágenes durante las abducciones. Solo un canal más del zapping de la existencia. Permutador de letras jugando al scrabble. Armar un orden levemente distinto, para ponerle la firma. Como si las palabras fueran nuestras y hubiéramos roto por primera vez el silencio del universo.

No puedo escribir.

Al siguiente lunes solo queda una mancha y un tema más para el radio pasillo. Entre roja y marrón, apagada pero inconfundible. De esas que algunos pies esquivan y otros ignoran. Ni con las horas extra de hidrolavadora pudieron sacarla. El tema de charla dura algunas semanas, pero no es mucho más que eso. Algo para comentar en el ascensor y poner cara de situación.

No puedo escribir 

Por eso robo: ¿Saben las abejas que hacen la miel para nosotros? ¿o trabajan incansablemente porque creen que se la van a quedar ellas?

No puedo escribir.


*Ciudad clausurada*


(Esto lo dijo Lauti)

Es una ciudad en la que es muy difícil 

Encontrar el momento 

Para juntarse

Laburamos un 50% más

Cuando podemos 

Para tomar ese bondi

Ir a vernos


(Esta es una frase mía)

Me clausuré a mi mismo


(Esto es literatura)

Olvidé sentir

Olvidé pensar

Porque no quedaba otra

Reduje salidas 

Aumenté consumos

Ver gente deprimida

Huyendo de lugares clausurados 

Ya no llenaba

Sentarse en casa a fumar tampoco

Pero era más fácil

Cuando duele todo

Si te pegan siempre

Ni dan respiro

No está mal caer

Quedarse cómodo y pillo

Un toque

Lo que está mal son ellos

Porque es así

Nosotres y Ellos

Civilización y Barbarie

Ni sé cuál de las dos nos toca

No se dieron cuenta

Nos cansamos de perder


(Esto lo dijo Juancito)

Fumaba odiando mi vida

Dejé de fumar y dejé de salir por un año

Una vez que salí de ahí volví a mi vida

Sin convertirme en los estrai que odio


(Esto no sé quién lo dijo)

Se acaban las luces

Los lugares no se apagan

Se esconden

Salimos de las alcantarillas

Brotamos del Inframundo

Cantamos canciones olvidadas

Susurramos en lenguajes secretos 

Nuestros

En la oscuridad

Seguimos

Nunca nos fuimos

Vamos tejiendo

Avanzamos

Esperando el momento

Construimos

Ciudades de sombras

Preparando antorchas

Las calles nunca dejaron de ser nuestras

Todas sus esquinas 

Cada escondite

Hasta el último recoveco

Pero ahora volvimos

Nos cansamos de perder



Desdoblamiento

 22 de Marzo de 1982

Khazad Dum
Taller de dialéctica norteamericana 53 - Comisión? Vrusone - Jefe de catédra... Cachajian?? zildjian 14 decimouarta catorceaba CATORCETA entrega: Escribir un texto deliberadamente malo.

Roque quiero-que-sea-mi-sugar-daddy Larraquy DNI 12.345.678 password123,...comapuntopuntopunto paswordunodostrescomapuntopuntopunto probando, probando

Están ahí mis vidas? Me oyen? Me escuchan?

Me sienten?!

Trando algo le gita ritmos un rato. Puedo ewxribir sin mirar en la compu. Pero no e que onda este teclado.  Er a ver creo que ahora puede llegar a funcionar un toque más. Entonces  si escribo sin mirar, me pponho unmos temazos que me den ganas de seguirlos medistraigan


Tipero no miro., porngon musiquita, y prendo la tele. La rele de la compu, no la tele de verdad

Miró un poco y veo que le estoy npifiando un toque pero menos de lo que creria

Después de buscr un ato me decido por un video de un perro salchicha con un disraz de patrlla de poliia que persigue a otro perro con disraz de rocho. Si cualquiera mal. Ahora ela goritumo de youtube me tira u cargando y claro la propaganda de lareta la plaza jusai y la re concha que te paro. Aeon , temon Asap rick oreservation Ahora hay do perros salchiha andando en canoa y tiemem halecquitos halequitos y sombretirtos y se van corriendo entre el pasto pasaan por arriba de un tronco miran a camara son hermoses. Ahora me pomgop a tiepar sigo sin mirar. Ls les perriotes siguen ahí y un poco que los quiero mirar. Ahora miro la pantalla y puedo no mirar el teclado, pero quiero insertar ahora la parte que esscribi a manop de manera más espastica, que mierda igual le pifio a algunas cosas cuando tipoe sin bajar la mirada al teclado y la onda es no borrar los tuypos tampoco. Ñla parte esa que redacté a m,ano es un poco más cruda y me daba verguyenza tirarla de una.

Vpoy a tiparla mirando solo la hoja donde manuscribi a mano los perriotos están armando una carpita! Tienen una carpita y la están armando!!!!! Que lastima que no estamos en multimedfiales para que les pueda linkear el coso. Pero bnueno. Voy a tipear sion mirar la pnatala para más error y más placer.

¡qué es este texto? Mierda, no se puede leer, es mad,a, nada ,m nada nadamn nada nada nada nada mierda. No es nada no ?que te pasa? Sos tadado? No podés traer nada a la clase? Nada? No podés opinar y ser inteliugente¡estás cansado? No sos felis? No tenés las re ganas de vivir yt compartir todo el tiempo, nada, mierda no sabés escribir, sabés que todas las risas se rien de vos, sos mierda, escribiés muierda, hablas como la mierda, amas y cogher como la mierda, tratás como la muierda, sos un asco , nu ca nada nunca nadie te quiso, cada gesto de cariño que alguna vez recibiste era lastima o sarcasmo, pero sos demasiado idiota para haberte dado cuenta porq esto necesitás este texto para decirlo y para sentirlo, porque sí, porque te vas a morir, y nadie te quiere .

                 porque sí porque también sos patetico, y este texto da lastima como vos que sos patetico ¿qué es esto? bu-ju llanto, llanto, nadie me quiere, mierda, nadiew no quiere, nadie nunca nos quisom ni nunca nques querrá, life´s a bitch and then you die, that’s why we get high. And mary had a little lamb, a little lamb, a little lamb. It’s all we got, it’s fucking nothing dude. And the little tiny bit that actually is something, is just a little piece of shit.

Si, todo mierda, si quyepe m´pas importa. DSrogarse, hacerse la paja, y dejarse morir. Quedarse tirado en la cama y masturbarse mirando como se cae el techo y/o tirarte por la ventana… es un poco lo mismo no? No no es depresiónj, ni a palos. Etodo esto estodesto estexto de muerda. No sirve, no aprendo, no mejoro, no es nada y es todo. Onvio porque también es pretencioso, pero porque sói tipo que na. ¡que quiere say proyecto tudoi.

Si los exos sái escibodo

Sin mirar y me quiero concentrar y seguir el renglón. A ver uno dos tres. Mierda vuelvo uno dos tres no empiezo mirando l aamno va a no sé cuantos grados pero es diagonal. Upodate en está parte voy a mirar un poco la pantalla, porque quiero transcribir de manera fideidigna los garabatos y mamarrachos que hice cuando escribí muy rapido a mano. Otro update es que ahora hay bebé y cachorritos abrazandose y es too fucking much.  Uh no ahora el gato se retobó, era un video tierno, empezaba coo ub bideo tierno y ahora les niñes huyen llorando de animales al ataque. 

Bueno volvemos a los garabatos.

No empiezo mirando la mano va a no sé cuantos grados pero es diagonal el tema es que levanto la mano entter palabra y palabart entonces tengo quye apuntar en el aire y no es que mo mano se mueve como una impresora- a ver de nuevo si escribo y dejo sigo.

Entonces, escribir de escritura, no. Escribir sobre la técnica que estás usando, no. escatología no. muerte no. es todo lo mismo, no dice nada nuevo. No suma nada al campo, no da chapita, renombre, material para trabajar, muy bien diez felicitade, no suma politicamente, resta, quedas como un drogón, es pajero, es mierda, el mundo es un mierda, tus amistades son una mierda traiconera y basura, tus rivales son la geste más honesta y honrada del planeta, sos mierda, mierda mierda mierda mierda siempre tu vida fue una mierda. Tus proyectos tus ilusiones, Desde los ocho años que tenés ganas y miedo de morirte y desde los ocho años que lees y escribís mierda. Ves series de mierda, lees libros de mierda, comes mierda, no hacés una mierda y cuando hacés haceés mierda. siempre fuiste mierda, siempre la vida fue una mierda, el sistema una mierda, el mundo, las personas que amas son mierda y les que crees que te amaron son mierda, el aamor que das es una mierda, el arte que hacés es una mierda, sos un asco de persona, ser despreciable de la muerte y la perdición, muerte y destrucción, asqueroso ser del mal. Siempre mierda, mierda mierda y más mierda todes fueron mierda. Nadie te quiere, todes te odian y lo sabés no vale la penaa vivir, salir de la cama, aguante dormir todo el dia, no comer, drogarse y no producir nada, no no es depresión, es que soy una mierda, objetivamente soy una mierda, mierda todo lo que me sucedió y me pasó hasta ahora fue una mierda y eso se traduce en que mierda, nada texto de mierda mada nada caca mierda


SON TODES USTEDES TAMBIÉN UNA MIERDA

SI ustedes mierdas ahí del otro lado de la pantalla. Basuras, mierdas..
NO WOW, pará, es un montón. No les podés decir que son mierda a tus lectores.

Lo tienen que descubrir por su cuenta :)  ←------ esto es un smiley/emoticón/mierda


Puedo decir


Siempre trabajé Me arrepiento de todo Yo ya me tiré Morí con Gloria Comí escalones Manejé la espada del universo ¿Y usted?


Decime cosas lindas

Decime cosas lindas se llama


Helado

Gratis


Siesta

Hasta tarde


Perrites y gatites

Bebés


Acabar 

bien

Al mismo tiempo

Seguir cogiendo


Wifi

Libre


Flores mentoladas

De regalo


Leer en público

Sin trabarse, ni apurarse


Escribir

Sin juzgarte


Juntarse

Sin que falte nadie


No laburar

Nunca más


Cagar

No sentir vergüenza si se escuchan los pedos


Tirar la cadena

Dejando el inodoro impecable solo con eso


Abrazos tan fuertes y tan pegados

Que las lágrimas ni salen de tu ojo

Ya están en la bufanda de tu amigue


Bailar

Como si nadie estuviera mirando


Usar frases cliché


Que todo el mundo, te mire, te escuche, te huela y te chupe

No por eso te humillen


Paz

Pan

Tierra


Educación

Pública


Aborto

Legal, seguro y gratuito


Memoria

Verdad

Justicia


Cristina

Presidenta


Somos todes

La educación pública es techo, plato de comida, abrazo. Somos todes, estamos en el aula dando la clase, nos encargamos de prender la luz y barrer el piso. Lo hacemos por vocación y por un salario de hambre. Estudiamos para poder darle a la sociedad un mejor mañana. Pagamos impuestos que bancan ese sistema educativo al que jamás accedemos. Somos trabajadores de la educación y la cultura, laburantes de la palabra. También somos deuda, devolver un poco del futuro recibido. Un proyecto de vida, pero sobre todo de país. 

Fábrica de conocimientos

Otra fábrica para cerrar 

Somos esa educación que no es arancelada pero tampoco es gratis. Vamos a comprarla a las aulas, con cada viaje, con cada comida, fotocopia, mate lavado, años de dedicación y esfuerzo. Somos libertad de vientre, faro que atrae congéneres de la patria grande y del mundo que también quieren ser libres. Somos el boleto que ya no podés pagar y que antes dabas por sentado sin pensarlo. 

Somos 57 Universidades Nacionales, 29 profesorados, escuelas primarias y secundarias. Somos todos los derechos que podemos salir a ganar y también somos todos los derechos que podemos dejar que nos sigan robando.

Somos todas las luchas que este texto insuficiente no llega a mencionar, pero que están ahí y nos atraviesan. Somos salir hoy a la calle para preservar lo que nos queda. La esperanza de poder mañana seguir avanzando. Somos certeza: todos nuestros derechos serán ley. 

Hoy somos el horror de un pueblo sin herramientas para entender que vivir, comer, vestir y medicarse dependen de que tomemos buenas decisiones políticas. Tenemos que crecer y fortalecernos, cueste lo que cueste. La educación del pueblo no se vende, se defiende.







lunes, noviembre 07, 2011

Mary Shelley not dead

Olvidémonos del robot de Asimos, volvamos 100 años al pasado cuando el monstruo no estaba tan bien formado. Cuando todavía se podía escapar al monstruo voraz pero mal cosido y con un cerebro defectuoso. Pues la monstruosidad de Frankenstein era que estaba mal hecho y por eso mataba nenitas y tenia problemas para comunicarse con los ciegos. Pero Isaac pudo imaginar un monstruo cuya monstruosidad residiera en su perfección. La ciencia, no ya como un monstruo de-lo-que-puede-llegar-a-salir-mal sino todo lo contrario. Un robot que al que lo único que se le pide es que obtenga una mayor taza de ganancia, en el camino se va a comer todos los humanos que necesite para hacerlo realidad. Asimov, por lo menos imagino un robot físico y dedicado a cuidar a la humanidad, un idealista y romántico sin duda. Los humanos somos tan monstruosos que no oímos la propuesta de Asimov, creamos al robot y encima ni siquiera le pedimos que nos cuidara.
Hoy queremos volver a los albores del monstruo, cuando el monstruo nos ayudo a desarrollarnos, pues todavia no era tan efectivo en su tarea. Todavía los humanos podiamos retroalimentarnos de él, hoy es una relación vampira y muy carnal. Volvamos al monstruo en serio, cuando no nos moriamos Tanto de hambre. Volvamos al monstruo en serio cuando miles de hombres se mataban para hacer una zapatilla, no al monstruo de hoy donde un hombre aprieta un boton y hace cien mil. Volvamos a tener empleo todos, en una superfabrica gigante donde siga habiendo asalariados y patrones, cogedores y cogidos. Hasta como lo diria un gallego, pues cogen tu sueldo tío, tu eres capital variable y la ganacia, lo que de verdad es ganancia nunca lo verás en tu puta via gilipollas. Ni siquiera es de esos grandes hombres de negocios, es del monstruo, es del paradigma cientifico y cultural, es de la especulacion financiera global.
Necesitamos un nuevo robot, o ningún robot quizás solo destruir al robot, apagarlo, dejar de pensar en él. Porque su incorporeidad es su aspecto más perverso, es por un modo de pensar que vivimos así. Por un modo de pensar, de vivir y de reproducir nuestra existencia, esta en todos nosotros, somos todos nosotros y a la vez no es nadie y nos mata, a todos nosotros.

A los robots se los vence con telepatía universal, pero eso es otra historia.

miércoles, agosto 17, 2011

the man that claims he can only find peace, in the forest or the mountain, thinks he is more in touch with nature. But he is indeed falling under the spell of certain local spirits. The man that is really in touch with nature, can see its beauty in everything, even in the city.

domingo, agosto 07, 2011

El mundo no es la tierra, sino lo poco que vemos y vivimos del universo. Que no es más que un poco del todo que nunca veremos ni viviremos por completo.

sábado, julio 23, 2011

Articulación incomprensible.

¿Esta mal contentarme con lo poco que escribo cuando lo escribo? ¿Debería exigirme más y volverme más productivo? Hay gente que no le creía a Cortazar cuando decía que era un escritor vago, que no tenia disciplina y que escribía cuando tenia ganas, únicamente fustigado por la inspiración misma. A su testimonio se suele oponer la idea de escribir siempre, para disciplinarse y producir más o para tirar muchos tiros al aire y ver si se pega alguno. Cuando intento escribir todos los días, escribo un montón de cosas que no me gustan y el día que me inspiro, escribo algo que me gusta. Mi técnica es más vaga, pero con menos relleno.
Lo único que pienso desarrollar, es mi capacidad de entrar en sintonía con la inspiración. Tratar de disciplinar la inspiración o mejorar la producción del proceso creativo. Es una triste expresión más de que los artistas somos una rebuscada articulación entre una fuerza imparable, como es la creación y un objeto inamovible como es la crudeza de la realidad capitalista.
Hechos a su imagen y semejanza. Meros observadores de realidades, condenados a angustiarnos frente a las deformaciones más terribles y patológicas del libre albedrío.

Habría que preguntarse quien encerró a Dios, para que el nos encierre a nosotros y a quien encerramos nosotros.

jueves, julio 21, 2011

¿Llegaremos a la era de la colonizacion espacial, aún siendo capitalistas?

¿Seguiremos invadiendo planetas para devorarlos aún antes que sus propios soles? Lo lograremos aún con el desarrollo tecnológico concentrado en hacer nuevos celulares que se rompan cada vez más rápido. Seremos acaso el flujo mismo de la entropía en el universo, ratas simiescas y peladas expresión misma de la autodestrucción inevitable del universo. Estaremos triste e inexorablemente condenados a ser los que apaguen la luz y cerremos la puerta.

martes, junio 14, 2011

La locura del hombre sano es pelear contra su propia locura a sabiendas de ello.
Eh?
Que el loco no sabe de su locura y aunque también sufra por lo menos pelea contra ogros y gigantes, mientras nosotros los sanos nos rompemos la cara contra aburridos molinos.
Lo que?
chupame la chota gil, eso

jueves, febrero 25, 2010

oןɹǝpɹǝd ǝp opǝıɯ ɹǝuǝʇ ʎ ןɐǝɹ oן sǝ oʇsǝ ǝnb ǝp ɐıƃןɐʇsou ɐʇɹǝıɔ